Simplemente si buscamos en Internet
música e infantil podemos ver la cantidad de información sobre los beneficios
que a los niños desde edades muy tempranas.
En este post queremos recoger cómo
se va desarrollando un niño cualquiera desde su nacimiento hasta los 3 años de
vida, centrándonos en tres aspectos como son el canto, la audición y la
psicomotricidad enfocada a la realización de ritmos tanto con instrumentos como
con el propio cuerpo y la expresión corporal.
En cuanto al canto, los primeros
cuatro meses de vida emiten sonidos sin estructura rítmica. A partir de los
seis meses y hasta el año aproximadamente los niños empiezan a balbucear las
primeras vocales o sílabas, emitiendo frecuentemente sonidos nuevos. Pero no es
hasta el año, cuando empiezan a realizar un canto impreciso, poco a poco
empezarán a canturrear espontáneamente de forma desafinada. De los dos a los
tres años, van repitiendo canciones que han aprendido primero con las palabras,
luego el ritmo y la melodía. A los tres años ya son capaces de reproducir
frases de canciones que hayan oído.
La audición se desarrolla desde
dentro del vientre materno el feto empieza a oír,
procesando, reteniendo y comprendiendo. La cualidad del sonido que más atrae al
bebé es el timbre, especialmente el de voces que conoce. Cuando nacen reaccionan
ante aquellos sonidos que escuchaba en el vientre materno. A partir de los
cinco meses comienzan a distinguir el lenguaje de otros sonidos y ya reconocen algunas
de las canciones que más escuchen y a los ocho reconocen cambios de melodías y
de ritmos. A partir de los dos años se puede aprovechar la atracción que tienen
por la música y por los instrumentos como panderos, campanillas, triángulos o
cascabeles. A los tres años ya son capaces de diferenciar entre ruido y música.
Haciendo referencia a la
psicomotricidad, no es hasta aproximadamente los cuatro meses cuando los niños empiezan
responder a la música a mover brazos, piernas y cabeza al oír cambios de ritmo
o altura. A partir de los ocho incorporará las palmadas y tirará objetos para
escuchar el sonido al caer, poco a poco intentará regular los movimientos con
la música. Al año y medio irá progresando respondiendo a la música con una
actividad de su cuerpo plena, desarrollando progresivamente el sentido rítmico y
la coordinación gracias al proceso de la mielinización. Además, es
capaz de percutir música.
Cuando llegan a los tres años de
edad estos tres puntos anteriores lo relación con un carácter completamente lúdico. Lo cual hace de la educación musical algo interesante y divertido para los niños.
A continuación queremos adjuntar un vídeo famoso que muestra la respuesta de un bebé al escuchar la voz de su madre, la cual le provoca una gran emoción.
Desiré Arjona Laynez
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